viernes, 22 de agosto de 2014

7.2 Función del sustantivo “Todo tiene un nombre”


 Los nombres son cosas llenas de vida y secretos. Tienen algo que inflama nuestra curiosidad. Nosotros debemos conocerlos, porque conociéndolos, podemos amarlos y amándolos podemos adquirir un conocimiento más extenso de ellos.

La multitud de nombres corresponde a una multitud de ideas que el alma humana ha sido capaz de concebir. ¡Todas las cosas tienen un nombre!

Todos los objetos, los países, todo lo que el hombre ha conocido o creado tienen un nombre…

Los hombres, los objetos que forman parte de la creación como las piedras, las plantas y los animales que el hombre ha conocido. ¡Todos tienen un nombre!

 Cuando el hombre aprendió a navegar, cada forma de su nave y cada parte de ella, tuvo un nombre…

Y cuando el mar borrascoso le ponía obstáculos, también a éstos le dio nombres: ciclón, tempestad, maremoto…

 Y cuando los animales salvajes lo atacaron, todos sus movimientos y el llanto que ellos causaron y el terror que inspiraron… ¡Tuvieron un nombre!

 Cuando el hombre empezó a identificar sus sentimientos, también

a ellos les dio un nombre: amor, odio, ternura. Así también sus gustos, deseos y todo sentimiento del alma humana… ¡Tienen un nombre!
 
Y cuando el hombre pensó en el cielo, cuando amó y cuando se  sintió consolado, cada movimiento del alma…

¡Tuvo un nombre!

 

Y cuando el hombre comenzó a inventar lentes que le permitieron ver las cosas pequeñas, invisibles al ojo desnudo, los lentes y las cosas que vio con ellos. ¡Tuvieron un nombre!

   Y cada cosa que el hombre inventó y perfeccionó y cada material que usó para ellos. ¡Tuvo un nombre!

   
Y si el hombre se sintió más fuerte, o más inteligente, esa fuerza y esa inteligencia. ¡Tuvieron un nombre!

Y si el hombre haciendo cada vez más compleja su propia vida probó con ellos nuevos sentimientos, esos sentimientos. ¡Tuvieron un nombre!

Y mientras los hombres morían, los nombres se quedaban y el hombre transmite esos nombres de generación en generación y éstos se acumulan cada vez más… ¡TODO TIENE UN NOMBRE!

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