sábado, 18 de enero de 2014

I.- Introducción al lenguaje

I.- Introducción al lenguaje

Hacia finales del siglo pasado fueron descubiertos los centros cerebrales que tienen relación con el lenguaje, siendo dos los centros especializados: uno es el centro del lenguaje, el oído o centro auditivo receptivo y el otro es el centro para la producción del lenguaje, la boca, nariz y garganta qué son los mecanismos del habla y motor del discurso. Estos dos centros se desarrollan por separado tanto psíquicamente como fisiológicamente.
El centro receptivo o auditivo se halla en relación con aquella sede misteriosa de la psique, en la cual el lenguaje se desarrolla en lo más profundo del inconsciente, mientras la actividad del centro motor o de producción del lenguaje que se manifiesta en la palabra hablada.
La segunda parte que se relaciona con los movimientos necesarios para la emisión del lenguaje se desarrolla más lentamente y se manifiesta después de obtener una maduración progresiva. La razón es la siguiente, Primero, los delicado movimientos que el niño produce cuando se alimenta (la succión) y más adelante la observación de los movimientos de la boca, cuando el adulto le habla. Esto se debe  a que el movimiento debe basarse en las impresiones recibidas de la psique.
Al nacer existen los dos centros, libres de todo sonido y de toda herencia. Pero, capaces de comprender el lenguaje y posteriormente producirlo.
Además de los dos centros, existe una sensibilidad y una habilidad dispuestas a actuar. La actividad del niño, sigue por tanto, las sensaciones del oído; todo se halla preparado para que cuando el niño nazca, pueda empezar inmediatamente el trabajo de adaptación y preparación para el uso de la palabra.
Uno de los elementos ya preparados es el órgano del oído, que es un instrumento muy delicado, cuya parte central es parecida a las cuerdas de un arpa que pueden vibrar con distintos sonidos. Tenemos 64 cuerdas que se encuentran colocadas en forma de caracol: Ante el arpa hay un tambor, que cuando es golpeado por las ondas de los sonidos hacen que las cuerdas vibren, recogiendo la música del lenguaje.
Se cree que el sentido que se desarrolla más lento es el oído, incluso, algunos dicen que el niño nace sordo. María Montessori dice que no es que el niño sea insensible, sino que se encuentra en un profundo recogimiento y concentración de la sensibilidad en los centros del lenguaje, ya que estos están destinados a captar las palabras y no cualquier sonido.
La humanidad  se distingue no sólo por la posesión del lenguaje en sí, sino principalmente por poseer este mecanismo para la creación del lenguaje propio.

Podemos dividir el desarrollo del lenguaje en tres etapas:
            Primera etapa: El desarrollo del lenguaje oral se inicia con el nacimiento, a través del sentido auditivo. La explosión del lenguaje articulado (lenguaje oral), se presenta entre los dos y dos años y medio. “Estos fenómenos explosivos continúan presentándose en el niño, después de los dos años; el uso de la frases simples y compuestas, el uso del verbo en todos sus tiempos y modos, el uso de varias preposiciones, aparecen del mismo modo repentino y explosivo. Así se completa la construcción psíquica y el mecanismo de expresión del lenguaje del grupo al que pertenece el niño (raza, nivel social, etc.). Este tesoro preparado en el subconsciente, es confiado a la conciencia, y el niño, en plena posesión de este nuevo poder, habla y habla sin descanso.” (La mente absorbente María Montessori)
            Segunda etapa: De los dos y medio a los seis años. Después de este límite de dos años y medio, que marca una línea de demarcación de la inteligencia, en la formación del hombre, se inicia un nuevo periodo en la organización del lenguaje, el cual continúa desarrollándose sin explosiones, pero con gran vivacidad y espontaneidad. Este segundo periodo se extiende más o menos hasta los cinco y seis años. Es el periodo en el que el niño aprende gran número de palabras y va perfeccionando la composición de las frases (Desarrollo sintáctico del lenguaje).
            Es muy importante que la guía platique mucho con los niños, pues de hecho, si el niño vive en un ambiente de lenguaje culto y rico vocabulario, podrá fijarlo en su propia persona. En Casa de los Niños (preescolar)  se tiene el material de la nomenclatura, del cual uno de sus objetivos es precisamente, el enriquecimiento del vocabulario. Durante esta etapa, María Montessori descubrió materiales observando los diferentes periodos del desarrollo del lenguaje articulado, para ayudar a desarrollar el lenguaje gráfico. Por ejemplo, el material de vida práctica, es una preparación indirecta para la escritura.
            Tercera etapa: Comprende de los seis a los nueve años aproximadamente. En esta etapa ocurre la explosión de la lectura y se inicia el lenguaje escrito. Aquí se introduce al niño a la cultura a través de la lectura y la escritura. Es muy importante que en Casa de los Niños, el niño aprenda a leer y escribir; después de esta edad, puede aprender, sí, pero con mayor dificultad. Entre los seis y los ocho años, viene la explosión del lenguaje sintáctico (escrito). La ortografía debe ser mostrada como un apoyo visual y de manera completa haciendo énfasis de la forma correcta y haciendo la aclaración del significado de las palabras nuevas que se vayan descubriendo por el niño. La guía es la encargada de aumentar el vocabulario, mostrar la ortografía correcta de cada palabra nueva, que sea comprendida y, aplicada de manera correcta en la escritura. El uso de antónimos, sinónimos y familia de palabras ayuda a la mejor comprensión del lenguaje del niño.

Por otra parte, el lenguaje debe considerarse como la base de la vida social. Es lo que  permite a los hombres unirse en grupos y naciones.
El lenguaje debía considerarse como la expresión de una súper inteligencia  porque los hombres se han puesto de acuerdo en dar un significado concreto al conjunto de sonidos de una lengua y  en el orden que deben de tener las palabras para que las frases tengan algún sentido; además del trabajo de la mayoría de las personas para recordar todos los sonidos, las combinaciones para formar palabras y su orden para decir oraciones, es fantástico. El lenguaje es uno de los instrumentos más abstractos que existen.
El niño absorbe el lenguaje. Se desarrolla en él de manera natural y espontánea. Todos los niños tienen periodos en los que sólo pueden pronunciar sílabas, luego palabras y finalmente pueden usar perfectamente la sintáxis y la gramática.
El niño es el único que puede construir el mecanismo mismo del lenguaje, y así, hablar perfectamente todas las lenguas utilizadas en su ambiente. Los adultos en cambio, no sabemos aprender todos los sonidos de una lengua extranjera, de manera natural y mucho menos reproducirlos fielmente.
El niño adquiere el lenguaje inconscientemente y para después mostrarlo abiertamente. Esta expresión es mínima y no corresponde al notable desarrollo interno que sucede en la mente del niño. Este desarrollo no es lineal, sino más bien a saltos; una evolución rápida, periodos de calma, de progresos lentos, otro nuevo impulso externo, etc., Hay periodos explosivos con un desbordamiento de palabras perfectamente pronunciadas.
Después de los dos y medio años de edad se inicia un periodo de organización del lenguaje. Aunque ya no hay explosiones sigue siendo espontáneo. Este periodo se extiende hasta los cinco o seis años. En este periodo, el lenguaje se enriquecerá en cualquier ambiente.
Nota:
Resumen de los capítulos “Sobre el lenguaje” y “La llamada del lenguaje” del libro La mente absorbente de María Montessori.



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